El derecho a confrontar testigos es un principio fundamental en el sistema adversarial. Un corolario importante del derecho a confrontar a los acusadores es el derecho a probar la confiabilidad y credibilidad de esos testigos a través del proceso de contraexaminar.
El contraexamen es una herramienta poderosa que se puede utilizar para reforzar la teoría del caso de una de las partes, contradecir la evidencia presentada a través del testigo de la parte contraria y, en última instancia, para desacreditar el testimonio. El estudio y la práctica de contraexamen es sumamente importante en el sistema adversarial.
Los libros y manuales de técnicas en litigación, (como es el caso) que puedan apoyar, expandir, aportar y mejorar las prácticas de litigación, no solo son una buena herramienta, sino deben ser utilizados como guía de repaso antes de ir a los primeros juicios.